Exposición: Bautismo de Cristo - Museo de Bellas Artes de Bilbao

La obra invitada

Finalizada

08-10-2008 • 11-01-2009

Bautismo de Cristo

Sala 3

Desde 2001 el Programa La Obra Invitada expone obras singulares de diversos museos o colecciones con el propósito de enriquecer la visión de autores de la colección permanente del Museo, o de mostrar autores no representados en ella. En 2004 la Fundación Santander se sumó a esta iniciativa, patrocinando cada una de sus nuevas ediciones, haciendo posible la organización de varias convocatorias anuales y, en ocasiones, prestando obras de su propia colección.

En esta edición, la vigésima cuarta, se presenta una tabla de gran calidad e interés de uno de los grandes pintores flamencos de la escuela de Brujas del último cuarto del siglo XV, Juan de Flandes, titulada Bautismo de Cristo, c. 1496-99, en la que el artista aúna, la perfección técnica y el dominio de la composición, con una extraordinaria sensibilidad.

Pocos son los datos conocidos sobre Juan de Flandes, originario de la región de Gante y Brujas, hasta su llegada a España alrededor de 1496. En Castilla trabajó para Isabel la Católica, quien le nombró pintor de cámara. Esta tabla procede de un retablo que pintó a su servicio y su ubicación original fue el coro de los legos en la cartuja de Miraflores (Burgos) cuyas obras costeó la propia reina.

El retablo estaba dedicado a San Juan Bautista, patrón de los Reyes Católicos pues los padres de ambos se llamaban Juan. La tabla de mayor tamaño, el Bautismo de Cristo, era la obra central y a su alrededor se situaban otras cuatro escenas de la vida del santo, ahora custodiadas en diversos museos. El Bautismo de Cristo se representa por medio de dos ritos: el antiguo por inmersión, con Cristo en el río Jordán, y el nuevo por aspersión, con San Juan Bautista vertiendo el agua. Siguiendo el texto bíblico, la paloma del Espíritu Santo aparece sobre la cabeza de Cristo y completa la escena Dios Padre rodeado de ángeles en un claro entre las nubes. Lleva la corona imperial y con la mano izquierda sujeta la bola del mundo mientras que con la derecha señala la paloma del Espíritu Santo. En el primer plano se sitúan las tres figuras principales. El ángel con las alas levantadas y en actitud recogida lleva una dalmática muy rica y sostiene la túnica del Señor. Cristo aparece de frente, vestido sólo con el perizonium o paño de pureza. Finalmente, San Juan Bautista bautiza a Jesús, postrado ante él. La túnica del ángel y el manto del santo, con los pliegues amontonados en el suelo, están pintados magistralmente.

Una restauración de 1985 descubrió un cambio iconográfico posterior a la ejecución de la tabla. En fecha desconocida, quizá durante el siglo XIX, se alteró la figura de Jesús, poniéndole las manos juntas en el pecho y alargando el paño de pureza. Desde esa restauración que eliminó los repintes la obra recuperó su aspecto original. Cabe la posibilidad de que Flandes en un primer momento pintara a Jesús desnudo y añadiera posteriormente, quizá a petición de la reina, el actual paño.

Al fondo de la escena aparece un paisaje con un horizonte que deja poco espacio al cielo. Detrás de Cristo, y en el centro de la composición, discurre el río Jordán. El paisaje se completa con personajes y animales representados en escala decreciente para contribuir al efecto de profundidad. En el fondo se retoman las verticales de los personajes principales en los troncos de los álamos situados a diferentes distancias, para crear también la ilusión de perspectiva. En el primer término, las piedras preciosas entre las matas simbolizan el paraíso, y el trozo de coral, la muerte de Cristo y su santa Redención.

 

Juan de Flandes (Flandes, Bélgica, c. 1465 – Palencia, España, 1519)
Bautismo de Cristo, c. 1496-99
Pintura sobre tabla de roble, 186,3 x 110,5 cm
Colección Abelló

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