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Esta Inmaculada, quizás la obra más notable de la producción del artista, parece responder a un encargo importante, dado el esmero con que fue realizada. Pintada en Madrid, sigue los modelos marianos barrocos establecidos por maestros como Claudio Coello, Juan Carreño o José Antolinez. A pesar de tratarse de un tema profusamente representado, De la Quadra, con este vigoroso y espléndido colorido, ofrece una obra de calidad. En ella ha sabido dotar a las figuras de un dinamismo que responde a las características del estilo de finales de siglo, que anunciaba el rococó. El intenso efecto de movimiento lo proporcionan aquí el amplio mando de la Virgen, movido por el viento, y los ángeles niños que, en un despliegue de dinámicas y forzadas posturas, revolotean a su alrededor inmersos en un torbellino continuo. La iluminación juega también un papel fundamental en el efecto final, y consigue un acusado contraste al recortar el mando azul de la Virgen contra el resplandoor dorado del fondo. [Ana Sánchez-Lassa]

Bibliografía seleccionada

• Gutiérrez Pastor, Ismael. "La Inmaculada Concepción de Nicolás Antonio de la Quadra en el Museo de Bellas Artes de Bilbao", Urtekaria 1995 : asterlanak, albistak = Anuario 1995 : estudios, crónicas. 1996. p. 21-30.
• Gutiérrez Pastor, Ismael; Arranz Otero, José Luis. "Nicolás de la Cuadra, autor de los retratos reales de San Antonio de los Portugueses de Madrid", Ondare : cuadernos de artes plásticas y monumentales, n° 19. 2000. p. 472.
• Guía Artistas Vascos. Bilbao, Museo de Bellas Artes de Bilbao, 2008. p. 18.
• Gida Euskal Artistak. Bilbao, Bilboko Arte Eder Museoa, 2008. p. 18.
• Guide Basque Artists. Bilbao, Bilbao Fine Arts Museum, 2012. p. 18, n° cat. 4.