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La representación de bodegones o naturalezas muertas ha sido una temática abordada de forma recurrente desde la antigüedad hasta la época contemporánea. Sin embargo, en cada periodo de la historia del arte, a esta tipología se le otorgó un valor y un simbolismo diferente. Así, dentro de la jerarquía de los géneros pictóricos, en unas épocas fue considerado como un tipo de pintura menor que carecía de la gravitas que acompañaba a la gran pintura de tema histórico, religioso o mitológico, frente a otros periodos en los que pudo liberarse de dicho lastre y adquirir mayores cotas de consideración.

Frente a las recreaciones poéticas de un Bilbao neorromántico, animado y alejado en el tiempo, que poco o nada tenía que ver con una ciudad que se manifestaba por la contaminación derivada de su progreso industrial, esta obra forma parte de la escasa veintena de bodegones que llevó a cabo a lo largo de su dilatada trayectoria profesional. Partiendo de modelos que podríamos vincular al postimpresionismo, el artista representa una serie de objetos inanimados como son el jarrón, las flores y las manzanas, en un espacio interior acotado, en el que se entremezclan los diferentes planos creados por la mesa, la bandeja y la pared de fondo. De la combinación de estos elementos, obtuvo como resultado este bodegón con frutas y flores, de sobria composición, trazo delicado y suave colorido. Todas estas características están presentes en la mayor parte de las obras que el artista abordó en este género, propuestas -todas ellas- muy gratas a la vista, y que con toda probabilidad tuvieron una gran proyección de ventas en sus exposiciones.

Por otro lado, a tenor de las informaciones publicadas en diarios como El Noticiero Bilbaíno, podemos situar algunas de sus naturalezas muertas en torno a 1916. En mayo de ese mismo año, la prensa se hizo eco de la exposición de pasteles Recuerdos del Bilbao viejo. En ella, aparte de obras como Las casas viejas de la Ribera, Gargantúa, La diligencia de Paco, La romería de Deusto, Jueves Santo, Viernes Santo, La procesión cívica, Los tapices de Quintana en la Sendeja, La torre de Martiartu o Los Druídas, se menciona la presencia en la muestra de (...) "cuatro bodegones admirablemente tratados... muy bien ejecutados y con mucha justeza de colorido" (...). Entre estas obras, que respondían al título de Flores y frutas, estuvo -con toda probabilidad- este pastel. (Mikel Bilbao)

Bibliografía seleccionada

• "Exposición de Losada", El Noticiero Bilbaíno, 14/05/1916. 1916. p. 3. 14 de mayo de 1916
• Llano Gorostiza, Manuel. Losada. Bilbao, Espasa Calpe, 1975. p. 179.
• Bengoechea, Javier de. Catálogo de arte moderno y contemporáneo del Museo de Bellas Artes de Bilbao. Bilbao, Banco de Vizcaya, 1980. p. 79. (Con el título Flores y frutas).
• Larrinaga Bernández, José Antonio. Manuel Losada, 1865-1949 : catálogo razonado : óleos, pasteles, dibujos. Bilbao, Asociación para el Estudio y Catalogación de los Artistas Vascos ; Galería Mun, 2004. pp. 171, 214, il.
• Últimas décadas del siglo XIX-primera mitad del siglo XX : de Cézanne a Léger : colección Museo de Bellas Artes de Bilbao [Cat. exp.]. Bilbao, Museo de Bellas Artes de Bilbao, 2009. pp. 104-105, n° cat. 39.
• Barañano, Kosme de ; Espel, Miguel. Manuel Losada : catálogo razonado. Madrid, El Lotófago, 2021. p. 202, il.