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Retratada en pie, de cuerpo entero, en el interior de un rico salón, posa girada de tres cuartos a su derecha con gesto elegante y mirada distante, directamente dirigida al espectador. Reproduce así uno de los modelos retratísticos mejor acuñados por Federico de Madrazo (1815-1894) desde los inicios de su trayectoria madrileña. Este comportamiento de mímesis formal condicionó la producción de Cortellini a lo largo de sus años en la Corte como retratista. Primero adoptó los presupuestos formales del valenciano Vicente López (1772-1850), y más tarde, cuando su éxito estaba bien probado, utilizó los de Madrazo.

Así, la figura, encajada en el espacio con naturalidad y desenvoltura, queda ligeramente destacada sobre el recargado fondo decorativo que la rodea a través de una iluminación suave, que acentúa el mórbido modelado de las carnaciones de la retratada. Con una técnica dibujada y precisa, el pintor describe el suntuoso vestido rosa y blanco de la dama, empleando pincelladas más anchas para captar el efecto de la iluminación sobre las cintas de seda blanca dispuestas a lo largo de los volantes, pero apurando singularmente su ejecución al describir algunos adornos secundarios, como las vainicas y puntas de guipur. El vestido, de ese modo, se convierte en uno de los elementos con mayor protagonismo de esta obra, por encima incluso del inexpresivo rostro de la modelo, captado por Cortellini con sorprendente fidelidad realista.

Los llamativos atuendos femeninos como el que luce la dama del retrato, y que se conocían entonces como toilettes de gran tono, fueron tenidos como los de mayor etiqueta en el protocolo cortesano del reinado de Isabel II. Consistía en un vestido escotado con una falda ahuecada y adornada con volantes, cuyo número variaba en función de las modas de cada momento y de los deseos personales de la modelo. Para las grandes galas, se reservaba el uso de cola y manto. En este caso, la retratada se ajustó a los gustos de los años en que fue pintada, cuando se prefería la aplicación de tres volantes en la falda, aunque poco después cayeron en desuso. También son muy expresivas de esa cronología concreta las joyas con que se adorna, entre las que sobresalen la pulsera y el brazalete de gusto orientalista que luce en sus muñecas, y que en ese momento eran considerados de gran modernidad en todas las capitales europeas. Es frecuente encontrar a mujeres retratadas luciendo trajes parecidos a mediados de la década de los cincuenta del siglo XIX, pues en ese momento se puso muy de moda la combinación de los colores blanco y rosa frívolamente designada de Arco Iris , como demuestra el espléndido Retrato de María del Pilar Osorio, duquesa de Fernán Núñez (Colección particular, Madrid) por Federico de Madrazo, fechado precisamente en 1854, y con el que esta obra de Cortellini guarda además cierto parecido.

El fondo de la composición, en el que destaca la virtuosa recreación de los reflejos del mármol en el suelo, queda descargado por la línea de fuga que se abre en la habitación contigua a la derecha sobre un paisaje, y que a su vez permite al pintor demostrar sus mejores facultades como paisajista, aprendidas junto al pintor sevillano Manuel Barrón. Pese a la señalada dependencia de los esquemas retratísticos de Federico de Madrazo, la obra, hasta hace poco inédita, se singulariza en la producción de Cortellini como uno de sus mejores retratos y una de sus pinturas más significativas, por encima de la mayoría de los que hasta ahora se conocen del pintor.

[Carlos G. Navarro, 2008]

Bibliografía seleccionada

• Lasterra, Crisanto de. Museo de Bellas Artes de Bilbao : catálogo descriptivo : sección de arte antiguo. Bilbao, Museo de Bellas Artes de Bilbao, 1969. p. 30, n° cat. 67. (Con el título Retrato de dama, y atribuido a Ángel María Cortellini)
• De Goya a Gauguin : el siglo XIX en el Museo de Bellas Artes de Bilbao [Cat. exp.]. Salamanca, Caja Duero, 2006. pp. 82-83, n° cat. 13.
• De Goya a Gauguin : el siglo XIX en el Museo de Bellas Artes de Bilbao [Cat. exp.]. Valencia, Consorci de Museus de la Comunitat Valenciana ; Caja Duero, 2006. pp. 82-83, n° cat. 13.
• De Goya a Gauguin : el siglo XIX en el Museo de Bellas Artes de Bilbao [Cat. exp.]. Salamanca, Caja Duero, 2007. pp. 82-83, n° cat. 13.
• De Goya a Gauguin : el siglo XIX en el Museo de Bellas Artes de Bilbao [Cat. exp.]. Bilbao, Museo de Bellas Artes de Bilbao, 2008. pp. 174-176, n° cat. 22.