Céfalo elevado por la Aurora - Museo de Bellas Artes de Bilbao

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Céfalo elevado por la Aurora

Delorme, Pierre Claude François

París, 17/03/1783 - París, 18/09/1859

Óleo sobre lienzo

58 x 50 cm

c. 1827-1834

Primer tercio de siglo XIX

82/550

Legado de don Laureano de Jado en 1927

Aunque esta obra ingresó en el Museo de Bellas Artes de Bilbao sin una autoría certera y bajo el título Diana y Endimión, la investigación emprendida con motivo de esta exposición ha permitido no sólo concretar y corregir la identificación del tema representado, sino también establecer de forma precisa su autoría. En lo que respecta a esta última cuestión, el lienzo se debe a la mano de Pierre-Claude-François Delorme y es una versión, de menor tamaño, de una de las obras más importantes de este pintor, Céfalo elevado por la Aurora, de 1822, que presentó en el Salón oficial de ese año, donde Luis XVIII la adquirió por 3.000 francos con destino a la galería de arte del Luxemburgo un museo creado por él en 1818 y dedicado a la obra de artistas contemporáneos vivos. Desde 1872, la pintura se conserva en el Musée Municipal de Sens, que posee, además, un estudio de conjunto y cuatro de detalles de la obra.

Si se comparan ambas pinturas, el cuadro del Museo manttiene las mismas características de la gran obra original, de la cual, cuando fue presentada en el Salón, se destacó su composición graciosa y un dibujo correcto, ofrece finura en los rasgos, una pincelada cuidada, y recuerda al gusto de la escuela donde Delorme ha formado su talento: se reconoce que este artista es alumno de M. Girodet. Sin duda permanecerá fiel a los principios que ha extraído en casa de su maestro. Efectivamente, en la obra del Museo queda patente cómo Delorme se desprendió del carácter escultórico y de la precisión en el dibujo que propugnaba David, rematando los perfiles con un sfumato que, incluso, se llega a confundir con las partes desgastadas que presenta el lienzo. En este sentido, aunque estilísticamente Céfalo elevado por la Aurora se ubica dentro del Neoclasicismo, Delorme incorporó también el espíritu romántico heredado de su maestro Girodet, de quien proceden, además, un cierto manierismo en las proporciones anatómicas que fue el motivo mayor de crítica , la utilización de una luz irreal en consonancia con el tema representado, y, en general, una atmósfera que confiere a la obra un aspecto arcano.

El tema del cuadro guarda relación con la historia de Céfalo relatada por Ovidio en Metamorfosis y en El arte de amar. Los amantes Céfalo, hijo del Eolo, y Procris, hija de Erecteo, se habían jurado fidelidad eterna. Un día, Céfalo, mientras dormía, fue elevado a los cielos por la Aurora, diosa del amanecer, que había sido condenada por los dioses a enamorarse de mortales pasaje que recoge la obra del Museo. Sin embargo, Aurora, sintiéndose despechada por el amor que Céfalo profesaba a Procris, le dejó regresar a su hogar. Aunque durante la misteriosa ausencia surgieron los celos y la desconfianza entre Céfalo y Procris, el amor entre ambos se reestableció. Sin embargo, la historia se vió abocada a un final trágico, ya que, debido a una calumnia, Procris muere asesinada por Céfalo y éste se acaba suicidando. Dentro de la historia del arte, esta leyenda mitológica ha servido para demostrar lo peligroso que pueden resultar los celos y las sospechas infundadas, si bien a partir del Neoclasicismo, e incluso desde el Rococó, se empleó, además de por su simbología, por el carácter erótico que los pintores incluían en la escenificación. En este sentido, se llegó incluso a establecer una predilección por determinados temas de la mitología clásica, cuya representación contenía cierta carga erótica.

En este sentido, el marcado carácter sensual del cuadro debe relacionarse con otra obra contemporánea realizada por otro discípulo de Girodet, Bóreas raptando a Oritía (1822, Museé Girodet, Montargis) de Joseph Ferdinand Lancrenon (1794-1874), con la cual, además, comparte algunas características formales, como el tratamiento de los fondos y de la luz, o su misteriosa atmósfera. El mismo Delorme, que ejecutó muchas composiciones litográficas, realizó en 1825 una litografía a partir de una obra de Girodet, El rapto de Oritía, en la cual se aperciben ciertos paralelismos con la obra del Museo. Desde el punto de vista temático, ésta guarda relación con otros cuadros realizados por diversos artistas en esos años: Aurora y Céfalo (Cleveland Museum of Art), que Girodet realizó en torno a 1810, y, especialmente, La Aurora y Céfalo (Musée du Louvre, París), que Pierre-Narcise Guerin (1774-1833) presentó en el Salón de 1810, donde obtuvo un éxito rotundo.

En lo que a la datación de la obra se refiere, todo parece indicar que Delorme realizó el Céfalo elevado por la Aurora del Museo con posterioridad al original. Ésta fue una costumbre habitual en el siglo XIX, especialmente en el caso de aquellas piezas que, tras ser adquiridas por la Corona, establecían el gusto artístico oficial de la época. De hecho, el Musée Saint Loup de Troyes conserva otra réplica (óleo sobre lienzo, 130 x 98 cm, actualmente depositado en su Ayuntamiento), realizada por el artista en 1851, es decir, probablemente posterior a la obra del Museo, cuya fecha de ejecución debe situarse entre 1827 y 1834. A falta de otra documentación al respecto, es la inscripción estampada en el reverso del cuadro Valle & Bourniche/Successeurs de/Belot/Rue de l Arbre sec Nº 3, la que aporta la información necesaria para su posible datación. Esta inscripción hace referencia a una de las casas suministradoras de material artístico más conocidas de la época: la casa Belot, situada en el número 3 de la rue de lArbre Sec. Conocido posteriormente como Bellavoine, el establecimiento había sido fundado a principios del siglo XIX por Michel Belot (1782-1861), quien, ya en 1824, suministraba material a, entre otros, Eugène Delacroix.

Pese a que la investigadora Stéphanie Constantin apunta que el sello que tiene la obra del Museo comenzó a utilizarse en la casa Belot en torno a 1821-32, el cuadro de Merry Joseph Blondel (1781-1853) La justicia protegiendo al Comercio, 1826 (Musée National Magnin, Dijon) demuestra que tal afirmación no es del todo cierta, y que en 1826 Belot seguía aún al frente del negocio. El sello de la casa probablemente cambió en 1827, año en el que dos de los aprendices de Belot, Pierre-Auguste Vallée y Pierre-Charlemagne Bourniche, se hicieron cargo del establecimiento, motivando la adopción de un nuevo sello, precisamente el que figura en el lienzo del Museo de Bellas Artes de Bilbao. Éste tuvo que ser pintado por Delorme entre 1827 y 1834, pues hay constancia de que el sello que el establecimiento comercial imprimía en el reverso de todos los lienzos que despachaba ya había sufrido para entonces una nueva modificación. [Jsvier Novo González, 2008]

Bibliografía seleccionada

  • De Goya a Gauguin : el siglo XIX en el Museo de Bellas Artes de Bilbao [Cat. exp.]. Bilbao, Museo de Bellas Artes de Bilbao, 2008. pp. 120-123, n° cat. 9.