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Concebida en 1886 y terminada en 1887, con destino a la Exposición Nacional de ese año en Madrid, Sansón y Dalila se expuso primero con éxito en el estudio romano del pintor. Con una paleta reducida, aunque con una evidente preocupación por la representación de las diferentes calidades de los objetos y tejidos, la obra recoge el momento preciso en el que Sansón confiesa a Dalila el origen de su fuerza sobrehumana: sus largos cabellos. Pero el hecho de que, debido a la crisis en la que estaba sumida la pintura religiosa española durante el siglo, Echena trasladase al lienzo el pasaje del Antiguo Testamento contaminado por las formas de hacer propias del género orientalista, le valió críticas al "poco sabor bíblico" de la composición. La consiguiente ausencia de galardón en la muestra motivó el enfado del artista, que resolvió no concurrir en el futuro a los certámenes nacionales.

La ambientación en el antiguo Egipto es, sin duda, producto de la misma inspiración que a mediados de la década de los ochenta llevó a varios pintores muy cercanos a Echena a recrear escenas de la misma época, como es el caso de Anselmo Guinea, Juan Luna o Ramón Tusquets.

José Echenagusía llevaba una década instalado en Roma cuando pintó la obra. Su figura tuvo allí un gran peso en la colonia española, aunque fue especialmente respetado entre los jóvenes artistas vascos -Guinea, Zuloaga o Díaz Olano, por ejemplo-, a los que ayudó y aconsejó en sus primeros pasos en la ciudad que vería su muerte en 1912. Durante estos treinta y seis años llevó a cabo una extensa producción dedicada principalmente a los temas históricos, bíblicos, orientalistas y costumbristas, en la que se observan escasas variaciones estilísticas. Deseoso del reconocimiento público, concurrió a infinidad de exposiciones en toda Europa, aunque sin olvidarse nunca del País Vasco. Casi anualmente visitaba Bizkaia y Gipuzkoa, donde dejó muestras de su solvencia en las decoraciones de varios edificios, entre los que se encuentran los palacios de las Diputaciones de ambos territorios. [Mikel Lertxundi]

Bibliografía seleccionada

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