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Esta pintura, fue ejecutada en 1897, durante alguno de sus episódicos regresos a Bilbao y repite la visión heroica de una ría como madre del desarrollo económico de la ciudad que ya tratara enfáticamente en sus trabajos de la segunda mitad de los años ochenta y, en particular, los realizados para la Sociedad Bilbaína.

En esta pintura llama la atención el hecho de que el pintor decidiera despejar casi toda la parte inferior y superior, así como el centro mismo de la pintura de cualquier tipo de objetos que pudieran distraer el privilegio de pintar con el exclusivo objetivo de repartir color por la superficie del lienzo. Bien sea el fragmento de tierra situada a la izquierda de la zona inferior, bien sea la enorme superficie de agua que oscila de lado a lado, bien la amplia extensión de cielos entre cuyas nubes se cuelan los humos procedentes de las chimeneas fabriles, todo ese campo es territorio privilegiado del cromatismo, sin otras distracciones. Los temas más concretos se desparraman por los bordes y a lo largo de una delgada franja que atraviesa la pintura a media altura, liberando espacio y dando entrada a la luz, a la atmósfera azulada de un mediodía caluroso, de un calor húmedo que difumina la visión y desdibuja los contornos de objetos nítidos.

La escena está tomada en la punta (zorrotza) de tierra en donde el río Cadagua, por la izquierda, entrega sus aguas fluviales al Nervión, que continúa por la derecha, es decir en Zorroza, en la margen izquierda, cerca de donde unos industriales amigos del pintor poseían unos pabellones de acceso restringido, pero en cuyas inmediaciones permitían pintar a Guiard. De hecho, existe una fotografía del artista, tomada por alguno de esos amigos, en la que se le contempla sentado sobre un cesto de mimbre, con pincel y paleta en las manos, delante de un caballete y pintando un pequeño óleo, exactamente este mismo que ahora comentamos.

La mirada se orienta hacia aguas abajo, hacia una desembocadura que no se llega a ver, pero se intuye cinco kilómetros más adelante. A la izquierda queda la ribera de Lutxana, donde multitud de barcos atracan en sus muelles para la carga y descarga de mineral de hierro, en tanto que a la derecha se observa la barriada de Elorrieta, con sus arracimadas casas obreras y de ferroviarios. Curiosamente, ese paisaje del fondo es el mismo, visto desde otro emplazamiento (ya en la margen derecha), que el utilizado para La aldeanita del clavel rojo, de 1903.

Resulta curiosa la contradicción en la que se movía Guiard, pues por un lado detestaba el mundo industrial con su suciedad y tensiones, el fruto de los ingenieros, tiralíneas sin alma les llamaba, que diseñaban ciudades geométricas y frías, pero por otro lado le encantaba contemplar el mundo fabril (eso sí, desde lejos), con su trepidante actividad, los resultados de la tecnología que mejoraban la vida, como los ferrocarriles, y el cielo enrojecido y violáceo que resultaba de la mezcla entre las nubes y las emanaciones procedentes de las chimeneas (de fábricas o de locomotoras tan cercano a Claude Monet), lo que le permitía regocijarse en vaporosos colores.

A la derecha, la popa de un gran buque fondeado asoma su metálica estructura pintada en negro y rojo, la cual se refleja y rompe entre las vibraciones azules y verdes del agua. En numerosas ocasiones Guiard utilizó este recurso tan vinculado con el uso de la fotografía; a veces eran objetos y otras veces se trataba de personas, pero el hecho de que apareciera algo seccionado por el borde le daba a la imagen un aspecto de toma espontánea y fortuita, como de decir no he podido evitar que este fragmento se me metiera en la imagen, a pesar de que no me interesaba por sí mismo, aunque, de hecho, fuera una muy útil excusa para construir poderosos primeros términos dentro de vistas sobre paisajes abiertos y distantes, como en este caso. El sol ilumina plácidamente las colinas situadas tras las casas ante el camino de sirga.

A la izquierda, unos buques humeantes pegados al muelle, en alargada fila, elevan sus mástiles desnudos y lanzan vapores en paralelo a los humos emitidos por chimeneas ubicadas al fondo, en donde todo se confunde creando una revuelta y restallante nubosidad. El cielo, en otras zonas, está limpio y calmo. Las aguas se deslizan tranquilas, acogiendo aquí o allá barcas y boyas. El aire vibra. La vida late. El paisaje trabaja. [Javier González de Durana, 2008]

Bibliografía seleccionada

• Bengoechea, Javier de. Catálogo de arte moderno y contemporáneo del Museo de Bellas Artes de Bilbao. Bilbao, Banco de Vizcaya, 1980. p. 62. (Con el título La ría en Desierto).
• González de Durana, Javier. Adolfo Guiard : estudio biográfico, análisis estético, catalogación de su obra [Cat. exp.]. Bilbao, Museo de Bellas Artes de Bilbao ; Caja de Ahorros Vizcaina, 1984. p. 204, n° cat. 99.
• Arana Martija, José Antonio. Eresoinka : embajada cultural vasca, 1937-1939. Vitoria-Gasteiz, Gobierno Vasco = Eusko Jaurlaritza, 1986.
• Itsasadarra : merkatal pasaia baten irudia eta ikuspena = La ría : imagen y vision de un paisaje mercantil [Cat. exp.]. Bilbao, Museo de Bellas Artes de Bilbao, 1993.
• García Díez, José Antonio ; Arcediano, Santiago. Euskal margolariak Aurrezki Kutxen bildumetan II = Pintores vascos en las colecciones de las Cajas de Ahorros II. Bilbao, Bilbao Bizkaia Kutxa ; Gipuzkoa Donostia Kutxa ; Vital Kutxa, 1993. p. 15.
• Los cuadros del Kurding Club : en el centenario de la Sociedad Filarmónica [Cat. exp.]. Bilbao, Bilboko Arte Ederren Museoa-Museo de Bellas Artes de Bilbao, 1996. p. 16
• Tradition and modernity in basque painting, 1880-1939 = Tradición y modernidad en la pintura vasca, 1880-1939 [Cat. exp.]. Southampton ; Bilbao, Southampton City Art Gallery ; Museo de Bellas Artes de Bilbao, 1997. pp. 25, 110, n° cat. 10.
• La ría : una razón de ser [Cat. exp.]. Bilbao, Banco Bilbao Vizcaya, 1998. pp. 10, 143.
• Tradición y modernidad en la pintura vasca : en las colecciones del Museo de Bellas Artes de Bilbao [Cat. exp.]. Valencia, Autoridad Portuaria de Valencia, 1999. pp. 54-55.
• Regeneración y reforma : España a comienzos del siglo XX [Cat. exp.]. Madrid, Fundación BBVA, 2002. pp. 20, 324-325, 334-335.
• De Goya a Gauguin : el siglo XIX en el Museo de Bellas Artes de Bilbao [Cat. exp.]. Bilbao, Museo de Bellas Artes de Bilbao, 2008. pp. 463-465, n° cat. 101.